miércoles, 21 de abril de 2010

La Teoría del Pack

Desde muy pequeños, ya nos obligan a elegir: "¿Y tú a quién quieres más, a tú papá o tu mamá?".
Y de ahí para adelante todo son elecciones:
  • Francés o inglés.
  • Ciencias o letras.
  • Izquierda o derecha.
  • Conservador o progresista.
  • Religioso o agnóstico.
  • Perro o gato.
  • Soltero o casado.
La toma de decisiones ante estos dilemas, va definiendo nuestra personalidad, nuestro pensamiento y nuestro estilo de vida. Pero, a la vez, nos va encasillando. De alguna manera es como si decidiéramos, voluntariamente, autolimitarnos. Nos vamos encerrando en nuestra propia prisión.
Porque, si, de repente, hacemos algo o decimos algo que no se corresponde con nuestra pública elección, seremos acusados de "inconsecuentes", frívolos o "chaqueteros".
Es lo que a veces he denominado "la Teoría del Pack". Una actitud política, por ejemplo, parece que lleva, inelidublemente, consigo todo un "pack" consistente en una forma de vestir, un tipo de literatura que leer, un tipo de decoración en tu casa, unos determinados lugares de ocio y de vacaciones...; y lo que es peor, en mi opinión, una serie de cosas que nunca puedes decir o hacer, grupos de personas a los que no puedes ni acercarte, periódicos que no puedes leer, emisoras de radio que no debes escuchar...
Por eso, de repente, conviene que alguien sacuda el árbol bajo cuya buena sombra nos hemos cobijado y haga caer manzanas (o incluso cocos...) sobre nuestras cabezas...
Acabo de leer "La proporción áurea", un libro sobre matemáticas. Dicho así, ya impresiona. Lo que ocurre es que es un libro un poco atípico. No es una lectura científica, aunque no faltan en él fórmulas matemáticas. Se trataría más bien, de un tratado de arte, pues intenta explicar por qué algunas cosas nos parecen bellas y otras no tantos. Pero, a la vez, nos introduce en un concepto "natural" de belleza: los modelos que plantas, animales, e incluso minerales, eligen "inconscientemente" para desarrollarse y que, curiosamente, coinciden con esquemas que, tanto artistas como matemáticos, consideran como los más "perfectos".
"¿Ciencias o letras?" "¿Arte o tecnología?" "Progreso o Conservación?". La Naturaleza no sabe de elecciones. Simplemente, toma lo mejor que tiene a su disposición y con eso, resuelve sus problemas, supera sus crisis y se va reinventando continuamente
Una vez más, tal vez deberíamos plantearnos tomar ejemplo de este tipo de respuestas de la Naturaleza.

No hay comentarios: