
Es una tierra dura y áspera, donde una de las maneras de sobrevivir es apoyarse en la comunidad. El "trabajo comunitario" es vital para sacar adelante la agricultura, la ganadería y las obras públicas.
En la sociedad andina todos se apoyan, pero también se controlan, continuamente.
Así, si una familia, por alguna razón, prospera económicamente mucho más que sus vecinos, se ve "obligada" a organizar algo así como una "macrofiesta" comunitaria en la que se gastará todo aquello que la hace sobresalir respecto a lo demás, lo compartirá con todos aquellos que le rodean. Así, de alguna manera, se volverá a un "equilibrio" en la comunidad.
Para nuestra "civilización occidental" esto puede llegar a parecer una de las razones por las que los pueblos indígenas andinos no avanzan, no termina de salir del subdesarrollo... Con este tipo de costumbres nadie puede "levantar cabeza" y todo lo que prosperan se lo terminan "gastando en fiestas"...
Realmente no es fácil de entender.
Pero tampoco me resulta sencillo entender lo que hacemos por aquí. Nuestro sistema capitalista nos enseña, al parecer, que si una empresa, o un banco, prospera tanto, tanto, tanto, que se convierte en lo que los angloparlantes llaman "too big to fall" (demasiado grande para caer), somos los ciudadanos de a pie, la clase trabajadora, los que tenemos que "apretarnos el cinturón" y sufrir toda clase de recortes en nuestros derechos políticos y servicios sociales para "apoyar" a esa gran empresa o ese gran banco cuando alguna "crisis" haga que entren en pérdidas, o disminuyan sus ganancias...
En el altiplano, los vecinos pobres exigen al rico que deje de serlo y reparta con ellos sus ganancias. Aquí, por lo visto, son los ricos los que exigen a los más pobres que lo sean aún más para que ellos puedan seguir siendo ricos.
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