martes, 18 de diciembre de 2012

A ras de suelo

Hace unos días, una persona que sé que me quiere bien me dijo que tenía la impresión de que yo pasaba por  la Vida sobrevolándola... No porque me sintiera superior a nadie ni nada de eso, sino porque le parecía que tengo tendencia a ver todo con una cierta perspectiva, tal vez alejándome un poco de la fría realidad.
Todavía estoy dándole vueltas a si eso es bueno o malo, si es más bien positivo o negativo. No lo sé. Pero sí creo que es cierto.
A menudo suelo contar que para mí, hacer el servicio militar (todavía obligatorio en "mis tiempos") me sirvió, sobre todo, para enfrentarme con la realidad de la población española... Tras toda una juventud de estudiante universitario tuve la oportunidad de conocer a otros tipos de jóvenes, ni mejores ni peores que aquellos con los que había tratado hasta entonces, pero sí bastante diferentes... En mi cuartel había de todo, trabajadores, agricultores, analfabetos y quinquis... Fue una interesante experiencia aprender a llevarme bien con todos ellos.
Ahora he emprendido la tarea de embaldosar el suelo de la planta baja de nuestra casa de campo. Independientemente del reto que eso supone para alguien como yo, con escasa experiencia en temas de albañilería, es un trabajo que me proporciona la ocasión de ver la Vida desde otro punto de vista. 
Sin duda, las cosas se ven distintas a baja altura. Tal vez se ven más los pequeños defectos. Hay cosas que de lejos se ven bien, pero que a corta distancia se comprueba que no encajan de una manera del todo correcta. Pero, también, de cerca es posible llegar a conocer mejor cómo están hechas las cosas, cómo funcionan las unas en relación a las otras...
Me gusta volar, sí, pero creo nunca está de más pasar algún periodo "a ras de suelo".

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