sábado, 5 de mayo de 2012

"Por lo del gallego"

Me contaron la historia hace muchos años:
Había una vez un gallego que vivía en una cabaña aislada en el monte. su casa estaba situada justo en el límite entre las parroquias de San Serenín de Arriba y San Serenín de Abajo.
El hombre se pasaba la vida en los dos pueblos; iba a uno o a otro, indistintamente, para comprar, para charlar o para echar la partida. 
Cuando fue haciéndose mayor comenzó a decirle a todo el mundo: "Pues yo, si me muero en San Serenín de Arriba, quiero que me entierren en San Serenín de Abajo. Y si me muero en San Serenín de Abajo, quiero que me entierren en San Serenín de Arriba". 
Ante eso, sus vecinos le preguntaban: "pero hombre, ¿y eso por qué?. ¿Es por alguna promesa a la Virgen o algo". 
Y el gallego les contestaba, tranquilo: "No, por joder"
En esta historia tiene su origen una expresión que repito mucho a mis familiares y amigo, que es la de hacer las cosas "por lo del gallego"
Por alguna razón, estos últimos meses me acuerdo mucho de esta historia, y de esta expresión. Sobre todo, tras cada decisión del Consejo de Ministros, que, no en vano, está presidido por un gallego. 
El fundamento y los objetivos finales de la mayoría de sus medidas políticas, sociales, fiscales y financieras no tienen otra explicación, para mí al menos, que la de estar tomadas "por lo del gallego".




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