Hoy se cumple el primer año desde que Mariano Rajoy Brey ganó las elecciones que le llevaron a la presidencia del gobierno de España. Un año que a mí, personalmente, se me ha hecho muuuuy largo, y que algunos han dado en llamar el primer "Año Mariano".
Para la Iglesia Católica, en la que, querámoslo o no, nos hemos educado la mayor parte de los españoles, un Año Mariano está dedicado a fomentar la devoción a la Virgen María.
En ese sentido, este ha sido un año en el que el gobierno y sus medios de comunicación afines, (o sea, casi todos ya en España...) han tratado sin cesar de fomentar la "devoción" a Mariano Rajoy.
Se define devoción como "la entrega total a una experiencia, por lo general de carácter místico. Es también la irresistible atracción hacia una idea, una persona, un rey, un santo, una persona amada o un ser vivo."
No estoy seguro de que la mayor parte de los españoles, ni siquiera los católicos, haya sentido una irresistible atracción hacia la persona Mariano Rajoy. En cuanto a sus ideas, creo que tras 365 días hemos podido llegar a la conclusión de que se resumen en una: "hago esto porque es lo que hay que hacer, pues no se puede hacer otra cosa; pero eso no quiere decir que en otro momento no haga otra cosa, si eso es lo único que se puede hacer" Sin duda, eso sí es una experiencia de "carácter místico"...
Sin embargo, es curioso que en la Wikipedia, ese nuevo gurú de la sabiduría en internet, si introducimos el término "Año Mariano" adonde nos nos llevará es a una película de Karra Elejalde del año 2000.
En ella, por una serie de circunstancias un anodino personaje, (distribuidor de cassettes, pero que bien podría haber sido registrador de la propiedad...), se convierte, de la noche a la mañana en un iluminado seguido por las masas.
No sé por qué, mi mente calenturienta encuentra algunos paralelismos entre la trama de la película y este último año que hemos pasado. También hay algunas diferencias, claro está. El Mariano real gana la devoción de su pueblo a través de unas elecciones, y el cinematográfico lo hace bajo la influencia de una quema masiva de marihuana... Aunque la verdad es que quizá algo de eso haya ocurrido también en España. Esa sería una buena explicación al misterio de por qué la vicepresidenta del gobierno y el ministro de Hacienda apenas puedan contener la risa cada vez que anuncian a los españoles nuevos recortes de derechos y prestaciones sociales...
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