viernes, 16 de noviembre de 2012

¿Existe algún "banco bueno"?

Mi relación con los bancos, como la de mucha gente, empezó en la más tierna infancia. Mis padres me abrieron una libreta infantil para que comenzara a apreciar las virtudes del ahorro. aunque, en mi caso, los únicos que metían dinero en la cuenta eran ellos.
Al comenzar la universidad, coloqué ese dinero en un plazo fijo a cinco años, a cambio del cual me "regalaron" una bicicleta. El vehículo tuvo una vida plan e intensa, incluyendo salidas nocturnas y excursiones veraniegas.
Alguna de esas excursiones fue junto con la persona a la que decidí unir el resto de los días de mi Vida... ¿y qué puede unir más que abrir una cuenta juntos? Así nació nuestra libreta en la Caja Postal. Tras esa primera fuimos abriendo y cerrando otras; incluso alguna que otra en un país lejano...
Así pues, tengo una cierta experiencia en bancos... y en banqueros. Bueno, más bien en empleados de banca, puesto que al señor Botín, por ejemplo, no he llegado a conocerle.
Entre la tribu de los empelados de banca he conocido de todo...; incluso alguno bueno, como el que en un momento de nuestra vida nos aconsejó no firmar una hipoteca, algo por lo que le estaremos eternamente agradecidos....
Pero en cualquier caso, un banco es un banco, no una ONG (aunque en eso también tengo algo de experiencia y hay de todo...). Un banco solo tiene como objetivo ganar la mayor cantidad de dinero posible, y sus empleados están abocados, en todo momento y circunstancia a colaborar en esa tarea.
Creo que nadie ha explicado mejor lo que es un banco que el director Rodrigo Cortés en su película "Concursante":


Por eso, esta semana me ha llamado la atención la preocupación del ministro de Economía español por  no encontrar inversores para su "banco malo". ¿Quién en su sano juicio invertiría dinero en algo llamado así? Pero, yendo un paso más allá: ¿es que hay algún banco bueno?
Pues a lo mejor sí. Por un lado está la denominada banca ética, con exponentes en España como Triodos y alguna otra entidad.
Por otro lado están los bancos de sangre, con los que todos podemos colaborar de manera voluntaria y solidaria para salvar vidas.
Y finalmente, y también en los titulares de los medios de comunicación estos últimos días, están los bancos de alimentos, desgraciadamente cada vez más necesarios para asegurar el sustento diario de miles de familias en esta España que tuvo una vez "el sistema financiero más sólido del mundo"... Un sistema que se pretende ahora salvar, precisamente, con un "banco malo".


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