domingo, 16 de marzo de 2014

Diversion

Cuando uno se va a vivir a Inglaterra pensando que sabe inglés, durante los primeros días (o semanas...) pasa por una serie de situaciones de sorpresa y/o estupefacción, hasta que se admite que uno no conoce tanto el idioma como suponía.
Una de estas cosas me pasó cuando comencé a conducir por una tranquila zona del Sur de Inglaterra (muy tranquiiiiila...), y, sorprendentemente, no dejaba de encontrarme indicaciones en las calles y las carreteras hacia "zonas de diversión". No tardé en descubrir que, en inglés, "diversion" no significa "alegría y cachondeo" como en español, sino, más bien, "desvío obligatorio por obras" o, también, " va usted a tener que abandonar su ruta prevista y circular por donde le digamos, aunque eso implique que tendrá usted que cambiar sus planes y dar un rodeo más que respetable"...

Un/a profesor/a de inglés nos diría que esto es un ejemplo de "falsos amigos"; es decir, palabras que no significan lo que parece. 
Aunque yo creo que tal vez no sean los ingleses los que están equivocados... 
"Diversion" viene del latín "diversum", supino de "divertere", que significa "alejar". 
En España vivimos en una sociedad que nos ofrece múltiples oportunidades de "diversión". Incluso desde el gobierno se nos proporciona "diversión" a través de sus medios de comunicación. Incluso se exige que la Educación y la Cultura incluyan "diversión".
¿De qué se nos quiere alejar? ¿A dónde se nos quiere llevar con toda esa "diversion"?



jueves, 2 de enero de 2014

El capitalismo de las patatas

Cuando iba al pueblo de pequeño siempre me contaban la misma historia:
"Este año, nadie sembró patatas, ha habido pocas y se venden caras. El año que viene, todo el mundo sembrará patatas, habrá muchas y se venderán muy baratas. Así, al siguiente, nadie querrá sembrar patatas y vuelta a empezar".
Era una especie de ciclo natural capitalista inevitable. Y es que, me explicaron luego en el instituto, Adam Smith ya definió el mercado, como una "mano invisible" que todo lo controla y todo lo equilibra. La oferta y la demanda lo rigen todo. Si la demanda de un bien aumenta, el precio sube. Pero si la oferta es mayor que la demanda, el precio, mágicamente, bajará. Así es la economía de mercado. Esa es la gran ventaja del capitalismo, me dijeron, respecto al rígido sistema de economía planificada de los países comunistas.
Luego, llegaron los años 90 y el comunismo se derrumbó. El capitalismo se erigió vencedor; se proclamó el único sistema que realmente podría llevar a la humanidad al progreso y al bienestar. Atrás quedaba un comunismo fracasado que solo había sabido crear pobreza y esclavitud.
Hoy, sin embargo, le contaba a mi hijo la historia de "El capitalismo de las patatas", como algo de ciencia-ficción.
Nos cuentan los que mandan que vivimos en una economía de libre mercado, pero sí, por ejemplo, se nos ocurre comprar menos gasolina, nos la suben, a la vez, todas las compañías que trabajan "en libre competencia".
Si consumimos menos electricidad (entre otras cosas por la cantidad de empresas y comercios que han cerrado...), cada vez nos la venden más cara. Nos explican que es un por "déficit de tarifa", que nadie sabe de dónde viene, pero, más o menos es la cantidad que las compañías eléctricas esperaban ganar y no han conseguido hacerlo.
Yo la verdad, no acabo de ver la "ley de la oferta y la demanda" (ni otro tipo de leyes...) por ningún lado. Aunque, la verdad, sí que vemos más de una "mano invisible"...
Esas manos, no tan invisibles que, en cuanto llegan al gobierno, toman medidas, aún más perversas en nombre de "el mercado":
Si se nos ocurre no ir a médicos privados, se encargan de hacer cada vez más penoso acudir a hospitales públicos, despidiendo médicos, cerrando centros de salud o haciéndonos pagar cada vez más por lo que ya pagamos cada mes...
Si no queremos llevar a nuestros hijos a colegios privados, se dedican en cuerpo y alma a desprestigiar la enseñanza pública, deslegitimando las demandas de los profesores, recortando presupuestos a los centro o reduciendo becas y ayudas de comedor...
Si se nos ocurre no hacernos planes privados de pensiones para la jubilación, nos auguran que no cobraremos una pensión digna aunque trabajemos más y más años.
Creo que en realidad, nuestro régimen actual de gobierno no es desde luego una democracia, porque el pueblo no gobierna; ni su voluntad política se ve reflejada en sus "representantes" electos, ni siquiera sus necesidades de compra influyen en los mercados.
No acabo de encontrar el término que refleje nuestra situación. No me vale monarquía, ni siquiera oligarquía. He estado intentado encontrar cómo se diría en griego "gobierno de los avariciosos", pero no he conseguido encontrarlo. Pero, para mí, ese sería término más exacto. Nos gobierna un grupo de gente que espera ganar una determinada cantidad de dinero a nuestra costa; y si, por lo que sea, no lo consigue, no duda en cambiar normas, leyes, decretos, constituciones, lo que haga falta, con tal de conseguirlo. Caiga quien caiga.

Yo la verdad, si el comunismo ya murió, preferiría volver a "el capitalismo de las patatas".