lunes, 9 de febrero de 2015

Oficios para el recuerdo


Palanganero. En los prostíbulos de la España de antes de la llegada del agua corriente a las casas, no faltaba nunca un palanganero. Era éste el encargado de ofrecer al cliente, recién acabado su desahogo con una de las pupilas, una jofaina o palangana con agua tibia y una toalla, para que se lavara sus partes pudendas, antes de retornar al mundo de las gentes de bien, de dónde solía proceder el caballero.

Mamporrero. En las yeguadas militares, era el responsable de tomar con sus manos el miembro viril de un semental para acompañarlo y dirigirlo durante la monta de la yegua seleccionada. Esto era necesario dado el considerable tamaño del pene de los équidos y el riesgo de que un mal cálculo o un excesivo ímpetu pudiera dañar el órgano copulador de un valioso reproductor.

Ambas profesiones solían ser desempeñadas por jóvenes aprendices. Aunque mal vistos y poco apreciados por ganarse la vida con actividades relacionadas con el aparato genital, su labor era muy necesaria, sin duda. Además, tanto los señoritos como los oficiales, solían recompensar sus nobles esfuerzos con algunas monedillas o pequeñas prebendas para apoyar su ascenso social.

Son oficios tradicionales que se están perdiendo... ¿O no? Creo que si miramos bien a nuestro alrededor, seguro que todavía podremos encontrar alguno cerca, en nuestras calles, plazas o incluso en ciertas oficinas públicas.