martes, 18 de diciembre de 2012

A ras de suelo

Hace unos días, una persona que sé que me quiere bien me dijo que tenía la impresión de que yo pasaba por  la Vida sobrevolándola... No porque me sintiera superior a nadie ni nada de eso, sino porque le parecía que tengo tendencia a ver todo con una cierta perspectiva, tal vez alejándome un poco de la fría realidad.
Todavía estoy dándole vueltas a si eso es bueno o malo, si es más bien positivo o negativo. No lo sé. Pero sí creo que es cierto.
A menudo suelo contar que para mí, hacer el servicio militar (todavía obligatorio en "mis tiempos") me sirvió, sobre todo, para enfrentarme con la realidad de la población española... Tras toda una juventud de estudiante universitario tuve la oportunidad de conocer a otros tipos de jóvenes, ni mejores ni peores que aquellos con los que había tratado hasta entonces, pero sí bastante diferentes... En mi cuartel había de todo, trabajadores, agricultores, analfabetos y quinquis... Fue una interesante experiencia aprender a llevarme bien con todos ellos.
Ahora he emprendido la tarea de embaldosar el suelo de la planta baja de nuestra casa de campo. Independientemente del reto que eso supone para alguien como yo, con escasa experiencia en temas de albañilería, es un trabajo que me proporciona la ocasión de ver la Vida desde otro punto de vista. 
Sin duda, las cosas se ven distintas a baja altura. Tal vez se ven más los pequeños defectos. Hay cosas que de lejos se ven bien, pero que a corta distancia se comprueba que no encajan de una manera del todo correcta. Pero, también, de cerca es posible llegar a conocer mejor cómo están hechas las cosas, cómo funcionan las unas en relación a las otras...
Me gusta volar, sí, pero creo nunca está de más pasar algún periodo "a ras de suelo".

miércoles, 5 de diciembre de 2012

La vida de Pi

Hace unos días terminé de leer un libro difícilmente clasificable. Se trata de "La vida de Pi", de Yann Martel. Ya para empezar hasta su autor es curioso, pues es un canadiense nacido en Salamanca...
Tras acabarlo no sé si decir que es una novela de aventuras, un tratado de zoología comparada, un libro de autoayuda o un camino para encontrar a Dios... al Dios que más nos guste.
A lo largo de sus páginas podemos encontrar todo eso y mucho más: reflexiones filosóficas, humor absurdo, historias de superación personal, dramas familiares y escenas de documentales del National Geographic...
Tal vez, por una vez, el título no llame a engaño y sea eso lo que nos cuenta, una Vida. Cada uno en nuestra vida tenemos eso y mucho más. No creo que la vida de nadie sea solo una tragedia, una comedia o una epopeya. A todos nos toca hacer de todo en la historia de nuestras vidas: héroes, villanos, amantes, bufones...
Por otro lado, nuestra memoria es frágil y traicionera, por lo que, conforme avanza la novela de nuestra Vida, a menudo olvidamos gran parte de los capítulos anteriores y no tenemos más remedio que re-crearlos,   "adornando" en ocasiones nuestro propio pasado para ser capaces de hacer "sostenible" nuestro presente...
¿Y por qué no? Es nuestra Vida, y, como, suele decirse, "nunca dejes que la verdad te estropee una bonita historia" o, en italiano "si non è vero, è ben trovato".




martes, 4 de diciembre de 2012

Teles de plasma

El presidente del gobierno declaró ayer en una entrevista que "Uno de nuestros principales problemas es que ha habido un crecimiento desmesurado del crédito. Hemos comprado a crédito segundas viviendas, televisiones de plasma, viajes al Caribe... Y eso no es razonable." Un capítulo más de la telenovela "los españoles han vivido por encima de sus posibilidades"
Efectivamente, lo confieso, yo he viajado al Caribe, pero para trabajar allí durante algo más de un año en proyectos de apoyo a la recuperación de las economías campesinas tras los estragos ocasionados por los huracanes y el terremoto de 2010. Algo que las ONGs españolas muy difícilmente van a poder seguir haciendo tras "la tala indiscriminada" de los fondos de cooperación al desarrollo.
Es cierto también que he comprado una segunda casa, pero para rehabilitarla poco a poco y tratar de que, con paciencia, podamos convertirla en realmente en una vivienda. Y, por cierto, no pedimos un crédito para esta adquisición, sino que ahorramos durante años para poder comenzar a hacer realidad nuestro sueño.
Pero no, no tengo televisión de plasma (¡qué obsesión tienen estos "populares" con las teles de plasma!). Tengo la misma tele "de tubo" que compramos hace trece años. Y la verdad, tras la "toma" del PP de TVE y la progresiva expansión del "TDT party" en la programación televisiva, cada vez me dan menos ganas de renovar el aparato...
Cada vez me convenzo más de que el auténtico problema de España es que ellos sí que "gobiernan por encima de sus posibilidades".