miércoles, 8 de abril de 2015

Adiós al Expreso Costa Brava



Hoy he desayunado con la noticia de que RENFE ha suspendido con nocturnidad y alevosía el servicio del tren nocturno conocido como “Expreso Costa Brava”. (http://www.elperiodico.com/es/noticias/sociedad/renfe-suprime-sin-publicidad-tren-nocturno-madrid-4080733)
Con él desaparece una de las últimas conexiones ferroviarias entre Madrid y Barcelona por vía convencional. El AVE fagocita progresivamente a sus hermanos mayores. Dentro de poco no quedarán en España más que trenes de alta velocidad… y altísimos precios. El progreso no entiende de nostalgias…, ni tampoco, parece ser, de rentabilidades (http://economia.elpais.com/economia/2015/03/26/actualidad/1427367930_711155.html )
Los azares de la vida me han llevado a ser un usuario habitual del AVE Zaragoza-Madrid; pero creo que puedo decir que debo casi todo lo que soy al Expreso Costa Brava. Hace más de treinta años que lo conocí. Él me llevó a “la movida”, pero, sobre todo, me ayudó a encontrar el Amor y mantenerlo vivo durante años antes de unirme a quien ahora es mi esposa.
Aparte de eso, en el Expreso Costa Brava pasé algunas de las veladas más inolvidables de mi Vida. Sueños y pesadillas, entre el duermevela y la exaltada lucidez. Compartimentos que podían ser como el camarote de los Hermanos Marx o pasillos con escenas dignas de “la Lista de Schindler…” Amistades eternas de una sola noche o fríos silencios en la estepa castellana.
Ya no existen esas cálidas despedidas al pie del estribo del vagón o esos amorosos encuentros mañaneros aún con la legaña puesta. Ahora uno debe despedirse en la estación al estilo aeropuerto, momentos antes de pasar por un escáner que nos supone criminales en potencia. La persona amada ya no puede acompañarnos hasta el vagón. Debemos ir solos, rumiando esa separación con un grupo de desconocidos, como ovejas hacia un destino incierto.
Hace ya muchos años que no he utilizado el Expreso Costa Brava, ese tren al que tanto debo. Por eso, su desaparición me ha dejado un regusto agridulce en el café del desayuno. El recuerdo dulce de tanto buenos momentos pasados y el presentimiento agrio de haber sido, quizás, un poco responsable de su triste final.
¡Adiós, Expreso Costa Brava! Nunca te olvidaremos.

lunes, 9 de febrero de 2015

Oficios para el recuerdo


Palanganero. En los prostíbulos de la España de antes de la llegada del agua corriente a las casas, no faltaba nunca un palanganero. Era éste el encargado de ofrecer al cliente, recién acabado su desahogo con una de las pupilas, una jofaina o palangana con agua tibia y una toalla, para que se lavara sus partes pudendas, antes de retornar al mundo de las gentes de bien, de dónde solía proceder el caballero.

Mamporrero. En las yeguadas militares, era el responsable de tomar con sus manos el miembro viril de un semental para acompañarlo y dirigirlo durante la monta de la yegua seleccionada. Esto era necesario dado el considerable tamaño del pene de los équidos y el riesgo de que un mal cálculo o un excesivo ímpetu pudiera dañar el órgano copulador de un valioso reproductor.

Ambas profesiones solían ser desempeñadas por jóvenes aprendices. Aunque mal vistos y poco apreciados por ganarse la vida con actividades relacionadas con el aparato genital, su labor era muy necesaria, sin duda. Además, tanto los señoritos como los oficiales, solían recompensar sus nobles esfuerzos con algunas monedillas o pequeñas prebendas para apoyar su ascenso social.

Son oficios tradicionales que se están perdiendo... ¿O no? Creo que si miramos bien a nuestro alrededor, seguro que todavía podremos encontrar alguno cerca, en nuestras calles, plazas o incluso en ciertas oficinas públicas.

lunes, 26 de enero de 2015

De O.C.A. a O.C.A. ¿y los coloco porque me toca?


Aunque actualmente trabajo en Madrid, procuro seguir la actualidad de Caspe. Hace algunas semanas, encontré, en uno de los blogs locales, un artículo titulado “Felicitamos a nuestro compañero Álvaro Clavero”: https://cpcblog.wordpress.com/2014/12/14/felicitamos-a-nuestro-companero-alvaro-clavero/
El cuerpo de la noticia informa que este “compañero” ha obtenido un puesto de trabajo en la O.C.A. de Caspe. Casualmente, era un puesto de trabajo al que ambos nos habíamos presentado, en un lejano marzo de 2012; pero que, al leerlo, hizo volver nítidamente a mi memoria los acontecimientos de esa mañana:
El 2 de marzo de 2012 tuve noticia de la oferta de empleo 022012000784 para un capataz agrario para Caspe: http://empleobajoaragon.blogspot.com.es/2012/03/capataz-agrario-comarca-de-caspe.html. Me postulé a la plaza y fui convocado al proceso selectivo, que tuvo lugar, a los pocos días, en la Casa de Cultura de Caspe.
Al inicio de la prueba, un funcionario del INAEM pasó lista y comprobó que los convocados estábamos presentes. Al finalizar, una persona se levantó y dijo que a él no le habían nombrado. El hecho causo extrañeza al representante del INAEM, pues no tenía a nadie más en la lista. A algunos de los allí presentes, residentes en Caspe, también nos extrañó que ese señor quisiera presentarse a este proceso selectivo, pues era alguien bien conocido en la localidad, y sabíamos que su formación académica y experiencia laboral anterior no tenía nada que ver con el ámbito agrario.
Tras una breve conversación con el funcionario, el hombre consiguió ser incluido en el proceso de selección. Los resultados del examen se conocieron a las pocas horas. Ni él ni yo fuimos seleccionados ese día y yo no le di más importancia al suceso, que, sin embargo, quedó archivado en mi memoria de experiencias típicamente caspolinas.
El autor del artículo citado continúa afirmando que “Tu nuevo puesto en la Administración Autonómica es un trabajo que, al igual que los anteriores que has desempeñado, has ganado por ti mismo, por tu valía profesional y por tu capacidad y mérito.”.
Yo me dije, para mí “¡Ay, ay, ay! Calladicos estaríamos más guapos…” No dudo que este señor pueda tener méritos y capacidades, ya que todos los tenemos, en un grado u otro. Pero, claro, en este caso, su valía profesional en el ámbito agrario debería referirse a su capacidad de reflejar en un lienzo la belleza de los paisajes de nuestro entorno…
Como no me gusta acumular bilis inútilmente, pasé página (o más bien hice clic) y traté de encontrar noticias más interesantes.
Pero mira por dónde, hace unos días soy informado de que el “compañero” Álvaro Clavero carece de “permiso de conducir de la clase B o equivalente”, uno de los requisitos imprescindibles para ocupar un puesto de capataz, según aparece en el VII Convenio Colectivo de personal laboral de la DGA.
“¡Qué extraño!”, me dije, “¿cómo puede ser que alguien haya sido admitido a ese puesto sin haberse comprobado documentalmente que cumplía dicho requisito?” Yo mismo, realicé hace tiempo algunas sustituciones en la OCA de Caspe y tuve que presentar fotocopia de mi permiso de conducir para poder trabajar, siquiera fuera solo unos días…
Por si acaso la persona que me informó fuera uno de tantos envidiosos y maledicentes que andan sueltos por ahí, me preocupé de averiguar si en la Dirección General de Tráfico de Zaragoza consta un permiso de conducir clase B expedido a nombre de Álvaro Manuel Clavero Cebrián, con DNI nº 73.***.986 G. Y resulta que no es así.
Llegados a este punto, a mi mente vienen una serie de cuestiones:
¿Quién incluyó a este señor, con calzador, en un proceso selectivo para capataz agrario?
¿Cómo se ha ido moviendo la lista de aspirantes hasta conseguir accediera a dicho puesto?
¿Cómo ha podido ser admitido finalmente al puesto si no cumple los requisitos para el mismo?
¿El firmante del artículo de felicitación a su “compañero”, es conocedor de estas irregularidades?
Como he dicho antes, acepto que todos tenemos capacidades y méritos. Pero me niego a aceptar que en nuestra tierra el principal mérito sea ser “Uno de los nuestros” (http://www.filmaffinity.com/es/film978961.html) y que eso resulte suficiente para pasar por encima de convenios, decretos, reglamentos y demás normas que regulan un Estado de Derecho.
No pretendo sentirme un nuevo Frank J. Wilson o una fusión de Bernstein y Woodward, pero creo que a veces, un pequeño detalle puede servir para tirar del hilo que nos permita desembrollar una gran y oscura madeja.
Quisiera dar un paso adelante para decir “¡Basta! ¡Hasta aquí hemos llegado!” Nada puede legitimar que un gobierno, sea local, regional o nacional, siga utilizando prebendalismos caciquiles decimonónicos; ni siquiera el decir que “otros antes hicieron lo mismo”.
Reconozco que soy un ingenuo, a pesar de mi casi medio siglo a cuestas, pero estoy convencido de que otro mundo es posible. Y otra España. Y otro Aragón. Y otro Caspe. Incluso, en mi ingenuidad, creo que falta ya muy poco para que la ciudanía consiga por fin acceder a las instituciones de gobierno “y limpie los caminos de siglos de destrozos contra la Libertad”…