viernes, 12 de julio de 2013

Ciudadanos, clientes, usuarios o incordios

Esta mañana he ido, como se suele decir, "a hacer unos recados" y he pasado por la puerta del ayuntamiento del pueblo en el que vivo. El edificio ha sido "reinaugurado" hace pocas semanas, tras estar años en obras. El coste de dichas obras, como tantas otras cosas, es difícil de conocer para el común de los mortales, a pesar de haberse realizado con dinero público.
Y eso debe ser lo único público en ese ayuntamiento, pues si uno se asoma desde la calle, lo primero y único que se ve son dos carteles, un tanto cutres, de "prohibido el paso".
Sin duda, la idea de "transparencia" de esta corporación local es colocar las prohibiciones de acceso a sus instalaciones sobre una puerta de cristal...
Para culminar "mis recados" tenía que ir a una agencia de una entidad bancaria a ingresar dinero en efectivo en una cuenta perteneciente a esa precisa agencia de esa misma entidad. 
Ya sabía, por una transacción anterior, que, aunque llevara el dinero en efectivo y lo depositara en el mostrador delante del cajero, me iban a cobrar un euro por "gastos de gestión". 
Lo que ya, en mi opinión ha rizado el rizo hoy es que el cajero no ha cogido los billetes porque "no pueden aceptar dinero en efectivo después de las diez y media de la mañana"... Me daba, eso sí, la opción de hacer una transferencia por internet, por la que me cobrarían dos euros y medio.
Si, como queda claro, los bancos no trabajan para las personas, sino que, más bien, les incomodan, (al menos las que no madrugan...), ¿por qué toda la política parece trabajar al servicio de "salvar" al sistema bancario?
Desde luego, como queda patente en la puerta de nuestro ayuntamiento, a la política también le incomodan los ciudadanos, incluso los que madrugan...
Y es que ya no sé si soy ciudadano, cliente, usuario o un simple incordio...






1 comentario:

JADICA dijo...

No es si es lo correcto o simplemente una costumbre mía, pero cuando se cita un elemento no único se debería especificar.
No todos actúan así y es justo así decirlo.
La conducta con rígidos protocolos que mencionas en una entidad bancaria no es común; por lo menos en el Santander que es donde yo trabajo.

Gracias.