viernes, 21 de octubre de 2011

Un año en Jacmel


Hoy hace un año que llegué a Jacmel.
En todo este tiempo he tenido ocasión de vivir muchas cosas:
Un interminable proceso electoral que ha llevado a la jefatura del estado haitiano a un presidente-cantante o a un cantante-presidente, no se sabe muy bien…
Una epidemia de cólera que se ha cobrado ya la vida de más de 6.000 personas. Una enfermedad introducida por la conducta irresponsable de algunos de aquellos que se supone que están en Haití para “estabilizar” el país…; pero también una enfermedad que si se transformó en epidemia fue por la absoluta dejadez de las autoridades haitianas respecto a su responsabilidad de asegurar unos mínimos servicios de higiene y saneamiento a los hombres y mujeres que habitan este país.
Un huracán y varias alertas ciclónicas; fenómenos naturales que afectan de manera regular este país, eternamente peleado con su Naturaleza…
La incorporación y la “desincorporación” de varios compañeros y compañeras de trabajo; amén de las visitas “de apoyo” de personal de sede, consultores/as, evaluadores/as y voluntarios/as varios/as…
Entre tanto, para romper la rutina, he sido invitado a fiestas de cumpleaños, de bienvenida, de despedida, de salida de vacaciones, de retorno de vacaciones…, todas las excusas que emplea la colonia internacional de cooperantes/as para reunirse en alguna sus residencias para tomar unas cervezas y hablar de lo “dura y penosa” que es nuestra vida aquí…
En algún ratillo, entre fiesta y fiesta, he tenido tiempo de trabajar. Un trabajo que consiste básicamente en convencer a equipos de técnicos/as haitianos/as de que realicen su trabajo de desarrollo con campesinos y campesinas haitianos/as de acuerdo con normas y procedimientos elaborados por equipos de técnicos/as españoles/as que jamás han pisado este país y tendrían, seguramente, serias dudas para localizarlo en un mapa…
En lo personal, he tenido ocasión de conocer a algunas personas muy interesantes y a otras, bastantes, que, como yo, posiblemente están en este mundo solamente porque tiene que haber de todo…
En el momento de cumplir un año en Jacmel, no estoy seguro de cuánto tiempo más me quedaré aquí. Sobre todo porque traje mi cabeza a Haití, pero dejé mi corazón en España.
Tampoco me siento capaz de hacer ahora mismo un balance de si esta estancia ha sido positiva o negativa. Lo que sí sé es que, hace un año, mi destino cambió. Estoy seguro de ello porque puedo verlo cada día en la palma de mi mano.

No hay comentarios: