miércoles, 14 de noviembre de 2012

Juego de Tronos

Un famoso filósofo ya dijo hace algún tiempo: "Yo soy yo y mi circunstancia". 
Y yo no voy a ser menos que el filósofo...
De hecho, las circunstancias en las que hemos conocido una cosa nos condicionan de tal manera que podemos llegar a cerrarnos por completa a algo que, en otro contexto, habríamos aceptado con gran placer.
El año pasado, en un vuelo nocturno transoceánico me tocó sentarme al lado de un joven de Canarias. Ambos íbamos acompañados de nuestro inseparable E-reader (lector de libros electrónico) dispuestos a pasar una larga noche sumergidos en la lectura de un buen libro.
El único problema es que mi compañero de vuelo se empeñó, repetidamente, en cantarme las alabanzas de la novela que estaba leyendo. Más que un comentario, lo suyo sonaban como cánticos de alabanza que trataban de evangelizarme en el culto de una nueva religión. Y yo, en temas de religión, soy difícil de convertir; un poco como don Luis Buñuel que afirmaba eso de "no creo en la religión católica, que es la única y verdadera, como para hacerme de otra..."
De forma y manera que durante las ocho horas del vuelo tuve la oportunidad de cogerle manía al amado de libro de mi compañero.
Se trataba de "Juego de Tronos", una saga que me propuse no leer mientras hubiera otra cosa publicada en este planeta...
Sin embargo, la vida da muchas vueltas, y ahora, tras encontrar múltiples referencias a esa obra por todos lados, he incumplido mis buenos propósitos, una vez más, y he comenzado a ver la serie de televisión.
Todavía no creo haberme enganchado ni ser adicto, pero reconozco que he encontrado bastantes cosas interesantes en la historia. Por un lado, indudablemente, la estética, la ambientación; una especie de fusión de  lo medieval y lo decimonónico, sin que nada llegue a parecer rancio.
Pero, por otra parte, me atrae mucho una manifiesta ausencia de maniqueísmo en las tramas. Nadie es totalmente bueno o totalmente malo. Una vez más parece que todos son "ellos y sus circunstancias".
Seguiré viendo la serie a la espera de ver si, tal vez, un día me decido a cometer la "traición definitiva" y me decido a leer el libro.
De momento ya lo he conseguido y lo tengo a la espera en mi E-reader...

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