sábado, 12 de marzo de 2011

Decisiones

En Haití estamos a una semana de la segunda vuelta de las elecciones presidenciales. Una cita que debería ser decisiva para el futuro de este país.

Una anciana catedrática, Mirlande Manigat, se enfrenta a un joven cantante, Michel Martelly. Aunque, curiosamente, sus iniciales coinciden, M.M., los personajes no pueden ser más distintos. El ganador, o la ganadora, deberá ponerse inmediatamente manos a la obra para, no solamente reconstruir, sino también re-pensar este país.

Salgo a dar una vuelta por la ciudad para tantear el ambiente popular en estas jornadas clave y me encuentro con un Jacmel, muy, muy tranquilo. Solamente, ya en el camino de retorno, encuentro una aglomeración de gente delante de una casa. “¿Qué ocurre?”, me digo. “¿Un mitin de alguno de los candidatos?”. Me acerco un poco más y veo que están todos rodeando un televisor. “¿Retransmitirán algún debate entre los candidatos?”. Me asomo a ver y compruebo que no era ese el motivo de tanto interés popular, sino ¡la retransmisión de un partido de fútbol entre el Real Madrid y el Barcelona!

Las clases populares haitianas parecen más interesadas en la evolución de la liga española que en la de las elecciones presidenciales. Por otro lado, me viene a la cabeza una frase de alguien que venía a decir que “la política es algo demasiado importante para dejarla solo en manos de los políticos". Me pregunto entonces, en manos de quién estará realmente el futuro de este país.

En ese momento, mientras me encontraba sumido en estos pensamientos trascendentes, me cruzo con uno de los artísticamente decorados camiones de este país. Todos ellos, además de muchos colores, suelen llevar escrito un lema. En este ponía “Dieu qui decide”, (Es Dios quien decide)

¿Esa era la respuesta?


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