He soñado que entraba en un gran edificio.
No sabía muy bien a dónde ir ni qué hacía allí. Pero siguiendo a un gran grupo de gente comencé a subir por una amplia escalera.
No sabía muy bien a dónde ir ni qué hacía allí. Pero siguiendo a un gran grupo de gente comencé a subir por una amplia escalera.
Al principio era una escalera sencilla, humilde, pero limpia. Yo iba descalzo, pero sentí que no era problema, que a nadie le importaba.
Conforme subía, fui notando las cosas. La escalera y las paredes iban siendo más elegantes, más nobles. Pero, a la vez, comencé a ver, por el suelo y por las paredes, pequeñas formas que se movían. No distinguía muy bien lo que eran: insectos, escorpiones, pequeños crustáceos: Lo podríamos definir como bichos.
Poco a poco, su presencia comenzó a dejar de ser puntual, esporádica, para hacer habitual, notoria, inquietante.
Me di cuenta que ya no iba descalzo. Ahora llevaba un zapato; uno solo. Me acompañaba cada vez menos gente en la escalera, pero iban estando cada vez más elegantemente vestidos. La escalera era cada vez más luminosa, con grandes ventanales.
Yo comencé a subir más lentamente, a la pata coja, pues cada vez eran más los bichos que veía corriendo por el suelo y las paredes y no quería pisarlos con mi pie descalzo. Vi como algunas personas, con sus zapatos caros, apartaban displicentemente los bichos que encontraban en su ascenso por la escalera.
Finalmente, en uno de los rellanos, vi como los bichos estaban devorando a un hombre tirado en el suelo. Nadie se inmutaba, todos continuaban, impasibles, subiendo la escalera.
Yo comencé a descender corriendo hasta que desperté.
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