Empieza septiembre. Abandonamos los espejismos veraniegos. Debemos replantearnos un nuevo curso. Curso escolar, curso político y curso de los acontecimientos. Nos parece estar viviendo un dejà vu; algo que ya hemos vivido decenas de veces.
La televisión nos ofrece empezar nuevas colecciones o engancharnos a nuevas series. La prensa y la radio nos ofrecen multitud de cursos para reorientar nuestra vida profesional.
La televisión nos ofrece empezar nuevas colecciones o engancharnos a nuevas series. La prensa y la radio nos ofrecen multitud de cursos para reorientar nuestra vida profesional.
Desde luego, no hace falta que sea 1 de septiembre para replantearnos qué hacer el resto de nuestra vida. Pero no deja de ser una buena fecha, aunque sea también la que Hitler eligió hace 70 años para invadir Polonia y comenzar la Segunda Guerra Mundial...
Hace unos días, volví a ver una película que siempre recordaba: "Atrapado en el tiempo". Aparentemente no es más que una típica comedia romántica americana, pero me dejó un buen sabor de boca. Además de hacerte pasar un buen rato y reirte, (lo que no es poco en estos tiempos que corren), creo que te transmite una cierta esperanza. Esperanza en que la vida, aunque parezca muchas veces gris y monótona, puede cambiar. Pero puede cambiar, sobre todo, porque nosotros decidamos que cambie. Y esperanza también en que puede ser posible hacer, poco a poco, un mundo mejor; siempre que cada uno decidamos, individualmente, ser también un poquito mejores cada día.
Paparruchas, moralinas, cuentos chinos; me parece oir resonar de fondo... Pues incluso los cuentos chinos pueden ser modernizados y aplicables a nuestros tiempos. Dejo un ejemplo:
No hay comentarios:
Publicar un comentario