Como etapa final de nuestro viaje, decidimos hacer una parada en Francia en nuestro viaje de regreso. Concretamente en Chartres, para visitar su catedral.
Se trata de una de las primeras y más características muestras del arte gótico en Europa.
Resulta impresionante divisarla desde más de veinte kilómetros de distancia, elevándose majestuosa sobre el paisaje de llanuras que rodean la ciudad.
Además de su incuestionable belleza, la catedral de Chartres se ha hecho famosa por una serie de misterios y leyendas que se han ido tejiendo a su alrededor con el paso de los siglos.
Sin duda, lo más llamativo es encontrarnos con un laberinto en el suelo de su nave principal. Si, como nos ocurrió a nosotros, entras en la catedral a primera hora de la mañana y te encuentras a un pequeño grupo de gente, en absoluto silencio, recorriendo lentamente y a media luz, el laberinto, el efecto es sobrecogedor.
El simbolismo del laberinto ha dado lugar a muchas interpretaciones. Sin duda, tiene que ver con un viaje interior, un encuentro espiritual. Desde un aspecto más pragmático, se dice también que serviría para "resumir" una peregrinación a Tierra Santa para aquellos cristianos de la Edad Media que no tuvieran la salud o los medios económicos para llevarla a cabo. En cualquier caso, se siente como un lugar muy especial.
Muy especial es también encontrarse con los juegos de luces que iluminan la catedral de noche. Algunos de ellos resumen su historia y juegan con la riqueza artística que se encuentra en sus célebres vidrieras.
Otras iluminaciones, sin embargo, tratan de presentarnos como podría ser una catedral gótica policromada.
Estamos acostumbrados a ver muchas de las catedrales ennegrecidas con el paso de los años. por la contaminación o la humedad
Nos encontramos, a menudo, con modernas restauraciones que tratan de devolver el esplendor original a estas construcciones blanqueando la piedra.
Pero algunos historiadores afirman que las catedrales, en su origen, en la Edad Media, podían estar pintadas de colores. Es algo que "choca" mucho con la imagen solemne a la que estamos acostumbrados, pero que tal vez sería lógico si recordamos cómo las imágenes que encontramos en las fachadas están destinadas a servir como un atractivo relato de los más famosos pasajes de la Biblia destinados a las gentes sencillas de la época, que no sabían leer ni escribir.
La Historia alberga, y albergará siempre, muchos misterios.
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