sábado, 6 de agosto de 2011

Energías

Afortunadamente, la tormenta tropical Emily, no descargó sobre Haití con toda la energía que se preveía inicialmente. Algunos titulares de la prensa local afirmaban que “las montañas vencieron a Emily” Incluso, me contaban anoche, algunos campesinos de esta zona están convencidos de que fue una “mágica” intervención de un poderoso empresario local, que colocó grandes camiones en la cumbre de algunas colinas cercanas al mar, la que logró deshacer la tormenta…

En cualquier caso, una de las situaciones que más llamaron mi atención durante el paso de Emily, fueron los esfuerzos incesantes de la dueña de mi hotel por mantener el suministro eléctrico durante todo el día…

En Jacmel, la compañía de Electricidad de Haití (ED’H) produce energía a partir de cuatro grandes generadores diesel. El suministro eléctrico nunca es durante las 24 horas del día, sino durante periodos variables, según criterios bastante incomprensibles. Por eso, la mayoría de las casas y oficinas “de un cierto nivel” disponen de un inversor, un aparato que carga unas baterías mientras hay servicio de ED’H, y que permite transformar la energía acumulada en esas baterías en electricidad doméstica cuando “no hay luz”. Además, algunas instalaciones, como la del hotel, disponen de paneles solares como sistema de carga complementario de las baterías. Por eso, en condiciones “normales”, se puede vivir con la ilusión de que hay electricidad las 24 horas del día.

Lo que ocurre, es que aquí las condiciones son rara vez “normales”. Anoche también, un colega español opinaba que la decisión de cuándo había y cuándo no servicio de ED’H debía estar en manos de un chimpancé enloquecido encerrado en el cuarto de los interruptores…

Para intentar compensar esas “locuras”, algunas viviendas y establecimientos, disponen también de un pequeño generador diesel. Pero, (parece nunca acaban los “peros” en Haití…), he aquí que el abastecimiento de combustibles de Jacmel está controlado por una sola y muy poderosa familia (sí, esa misma de los “poderes mágicos”…). Y que esa familia, por razones que se me escapan, está peleada con el director de la ED’H en Jacmel… Consecuencia, de vez en cuando, les “cortan al grifo” a los generadores de electricidad y toda la ciudad de queda sin luz por un tiempo (incluso el cuarto de interruptores y el mono se quedan a oscuras…). Si ese tiempo no es muy largo, algunas viviendas y oficinas pueden compensarlo con los inversores y las baterías. Pero si se prolonga, hay que echar mano de los pequeños generadores domésticos… si es que queda diesel en la ciudad… Una decisión que depende de una sola persona… Además, aunque esa persona “esté de buen humor”, todo el abastecimiento de combustible de Haití depende de que el barco que lo trae regularmente de Venezuela, no tenga problemas en alta mar…

La dueña de mi hotel, en uno de nuestros desayunos me contaba lo que le gustaría ser autosuficiente energéticamente, y no depender del humor de un par de familias locales. Pensaba en más placas solares y en molinos eólicos. La verdad es que sol nos sobra y viento, en muchas ocasiones también. En general, en Haití, creo que sobra energía; se desperdicia energía; pero es “mala energía”.

Ojalá este país encuentre la manera de canalizar toda esa energía para construir un país, un futuro.


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