domingo, 20 de febrero de 2011

Cultura española

Esta mañana se me ha acercado otro muchacho por la calle para practicar idiomas. Aunque a este no le ha importado que fuera español, pues estudia nuestra lengua en el colegio. Tiene quince años y le encanta lo de aprender lenguas. Las que no le enseñan en la escuela, trata de conocerlas por su cuenta a través de internet.
La verdad es que el español lo habla bastante bien, pero sus conocimientos de España son un tanto limitados. Al decirle que yo era de Zaragoza, afirmó, “sí, conozco, está al sur, ¿verdad?”. Bueno, tampoco sé cuántos alumnos de 3º de la ESO sabrían situar Haití en un mapamundi, y mucho menos si Jacmel está al norte o al sur de la isla…
El caso es que, como casi siempre, el muchacho mucha idea no tendría de geografía, pero podía recitarte de memoria todos los equipos de fútbol de la primera división española, y, si me apuras, su clasificación actual. Y, por supuesto, conocía también la alineación de la selección española, campeona del mundo…

Esto me ha hecho pensar en la imagen de los países. Nuestro gobierno se gasta millones de euros en cosas como el Instituto Cervantes, las Casas de España, los Ciclos de Cine Español…, para que, al final, lo que más representa la imagen de España en el exterior sea la camiseta del Real Madrid o la del Barcelona…
Porque claro, las conversaciones que suele trabar un “español por el mundo” no suelen versar sobre si prefieres el cine de Buñuel o el de Víctor Erice, sino sobre si eres del Barça o del Real Madrid… ¿Y qué pasa si, como es mi caso, no te gusta el fútbol? Pues que tienes que aprender algunas nociones básicas para no desilusionar a tu interlocutor y poder darle un poco de “carrete”.
Todos tenemos un pasado, y yo estuve varios años trabajando de “técnico comercial”, como se dice ahora, o de “viajante” como se decía antes. En esa época yo tenía una costumbre: todas las mañanas, lo primero que hacía era ir a un bar a tomar un cortado y a “estudiarme” los titulares del Marca, para tener tema de conversación con mis clientes…
Lo curioso es que, el mismo día que recordaba mis “estrategias comerciales”, me entero que mi hijo a comenzado a ver partidos de fútbol en la tele, no porque le gusten, sino para tener tema de conversación en su pandilla de amigos, en la que, de otro modo, podría llegar a sentirse un tanto desplazado o fuera de lugar…

¿A qué le llamamos “cultura española”? ¿En algún otro país el diario más vendido es uno que hable solo de fútbol? ¿Llegarán a existir alguna vez bares para "no futboleros"? En estas y otras preguntas se me ha ido la tarde...


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