domingo, 16 de enero de 2011

Historias de Amor


Estos días de vacaciones en España he aprovechado para ver cine. Y he tenido la inmensa suerte de ver dos películas impresionantemente hermosas.
La primera es "Mis tardes con Margueritte", una película francesa, sencilla, sin demasiadas pretensiones que cuenta una historia cercana. Trata de una relación intergeneracional entre un inmenso (en todos los sentidos) Gerard Depardieu y una minúscula físicamente, pero enorme ancianita que hace aflorar del interior del bruto del pueblo toda la sensibilidad que ni él mismo sabía que albergaba.
La segunda es "Cartas al padre Jacob", una muestra del cine finlandés con una tremenda sensibilidad, en la que cada escena, cada plano, cada nota de la banda sonora es un destilado de belleza. Todo para hablar sobre la búsqueda de cada ser humano de un sentido para nuestras vidas.
Como me dijo alguien hace unos días, es importante compartir todo aquello que nos llena y que nos satisface. Por eso quiero recomendar dedicar un rato de nuestras agitadas vidas a disfrutar de estas dos películas, y comprobar que no siempre es necesario un gran presupuesto y un derroche de efectos especiales para construir un buen relato, y que no en todas las historias de Amor se dice "Te Quiero".

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