Segundo aviso: Posiblemente ni siquiera pueda considerarse una novela; al menos, en un sentido clásico.
El hilo argumental gira en torno a unos jóvenes poetas de los años setenta buscando sus raíces en una olvidada poeta vanguardista mexicana de los años 20.
Este eje viene a ser sólo una excusa para reflejar el ambiente cultural en ebullición del México de los años 70, y la evolución personal, social y política de algunos personajes, a lo largo de los veinte años siguientes.
Para ello, se nos ofrece el diario de uno de los protagonistas, lo que nos presentará una determinada visión de la historia contada.
Sin embargo, la manera en la que realmente vamos conociendo a los personajes que aparecen progresivamente en la narración, es a través de una serie de entrevistas o testimonios. Multiples voces de personajes secundarios que nos van permitiendo componer una imagen mental de los protagonistas y de todas las circunstancias y avatares de su vida.
En muchas ocasiones, esos testimonios son contradictorios. Y en eso radica, para mi, uno de los prncipales valores del libro. Frecuentemente nos formamos una opinión sobre algo o sobre alguien a partir de uno o muy pocos datos que recogemos o recibimos, aleatoriamente o no. Con ello, vamos componiendo, a menudo visiones muy simplistas de la realidad y de las personas que nos rodean. Pero nos conformamos, nos es bastante, no nos queremos complicar más la vida.
La sociedad en la que vivimos cada vez ofrece más informaciones, pero cada vez cuenta con menos fuentes de información. Los periódicos, radios y televisiones están controlados por muy pocas manos, y diseñados, cada vez más, para ofrecernos una imagen "predigerida" de la realidad.
En este sentido, el libro de Roberto Bolaño, escrito en los años 90, presenta aspectos de gran actualidad. La investigación que desarrolla recuerda la que podríamos realizar en el 2009 a través de internet. En la red de la red podemos recopilar innumerables testimonios y opiniones sobre una persona o sobre un tema. Algunos serán útiles y fiables; otros, no.
Puede que nunca alcancemos a conocer la auténtica verdad sobre nada, puede que cada vez estemos más lejos de conocer la auténtica realidad.
Pero, como decía un profesor mío: "La realidad no es ni blanca, ni negra. Es gris y con manchitas".
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