Esta foto la hice mientras trabajaba en Bolivia.
Nunca he entendido mucho de campo, pero yo estaba convencido de que las mazorcas de maíz eran todas igualitas; que los granos eran siempre amarillos y del mismo tamaño, como los que salían de las latas de ese gigante verde tan simpático...
Nunca he entendido mucho de campo, pero yo estaba convencido de que las mazorcas de maíz eran todas igualitas; que los granos eran siempre amarillos y del mismo tamaño, como los que salían de las latas de ese gigante verde tan simpático...
De hecho, en la Facultad me enseñaron las bondades de las semillas mejoradas y uniformes.
Entonces, ¿qué el tenía que decir yo a la señora que, orgullosa, me mostraba su cosecha de maíz?
¿Debía animarla a mantener esa riqueza en diversidad genética en su finca? ¿O era mi deber tratar de convencerla de obtendría mejores rendimientos económicos utilizando sólo semillas certificadas?
Lo que hicimos finalmente fue dar las gracias a la familia por compartir con nosotros su sencillo almuerzo, a base de maíz hervido y queso fresco.
Tras la caída del comunismo y la crisis del capitalismo, parece que el único regimen político imperante ahora mismo puede ser la globalización. Como los anteriores, nos promete un paraíso en la tierra, alberga también un lado oscuro. La uniformización y el pensamiento único. La información accesible a todos y desde cualquier rincón del planeta, pero controlada por muy pocos. La omnipresencia de las mismas marcas y productos en cualquier rincón del planeta.
Nunca hemos podido viajar tanto y conocer tantos lugares diversos. Pero cuando uno recorre el centro de las grandes ciudades del mundo, cada vez más llega a tener la sensación de no haberse movido de su casa.
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