Se dice que una imagen vale más que mil palabras. En consecuencia, un cortometraje puede contar mucho más que largos discursos, aunque sean los de nuestros líderes políticos o religiosos mundiales.
Rodeado de premios y de polémicas, desde su presentación en 1989, me permito recomendar dedicar diez minutos a contemplar la historia de "La Isla de las Flores".
Para quitarnos el sabor de boca que nos han podido dejar los tomates de la Isla de las Flores, sugiero ahora dejarse llevar, fluir, por "La maison en petits cubes"; una profundización en un mundo sin palabras, pero lleno de sentimientos y emociones.
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